Un lagerstroemia, llamada 'Lila de las indias' o 'árbol de Júpiter' no tiene nada que ver en el plano botánico con las lilas comunes.
Estos grandes arbustos, que pueden llegar a la talla de un árbol pequeño con un tronco de 3m de altura, florecen con una generosidad sin igual en verano, una época del año en el que las floraciones son menos numerosas que en primavera.
Poco exigente
El lagerstroémia es un arbusto insensible a la caliza, al frío, a una tierra pobre y a la sequía. Arbustos como este ¡no hay muchos! Sin embargo atención ; se muestra resistente si recibe ayuda durante su instalación. Riéguelo regularmente durante los primeros veranos y nutra el suelo si este es pobre.
Piense en proteger las jóvenes lilas durante los tres primeros años, contra el frío invernal. La planta es rústica, hasta -18°C. Los primeros inviernos, los sujetos jóvenes tienen una corteza que es todavía bastante fina y que puede sufrir con las heladas fuertes. Un lagerstroemia que ha sufrido puede ponerse en floración más tarde de lo normal (normalmente florece a partir del segundo año). Embale los tallos principales con un velo de hibernación y ponga un poco e empajado a los pies.
Escoja un lagerstroemia adaptado a su clima
Al norte del Loira, escoja una variedad con floración precoz, que no reflorece pero de la que está seguro que podrá aprovechar cada año. La selección de su variedad es más importante que la forma: más vale un lagerstroemia precoz en mata que una forma en tallo que no estaría adaptada a la región.
En el sur, se pueden contemplar todas las formas y variedades. Las formas en tallos están más bien reservadas a las regiones con veranos muy calurosos (por debajo de la línea de Burdeos y Valence). Las variedades con floración tardía o refloreciente, que necesitan mucho calor estival para florecer, están bien adaptadas a los climas del sur. Evite plantarlas en regiones frías, sobre todo cuando los veranos son frescos y que la primavera tarda en calentar.
¿Cómo podar el lagerstroemia?
Para bien florecer, las lilas de las Indias necesitan una poda severa, porque sus flores aparecen al final de los brotes más vigorosos. El primer año, corte todas las pequeñas ramas y conserve de 60 a 80 cm de las más bonitas. Sólo tienen que quedar entre 8 a 10 ramas máximo, despejadas de sus ramificaciones. Privilegie una silueta armoniosa, guardando las ramas mejor repartidas. Los años siguientes, pode siempre en el mismo sitio. La mata termina formando muñones, garantía de una floración exuberante y fiel.
A saber
La peor poda posible es cortar todos los años en bola; ¡el arbusto produce flores tres veces menos! Y, ¿si no podamos el arbusto? Florecerá igual, pero las flores estarán dispersas y serán menos espectaculares, ya que están dispersas en el follaje.
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